viernes, 19 de septiembre de 2014

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Confía, confío



Nacemos con todo el potencial de nuestra parte, con todas las capacidades para hacer cualquier cosa, solo necesitamos tiempo para desarrollarlas, hemos visto a bebés nadando, intentando hablar, si se les deja a su ritmo ellos van descubriendo y  resolviendo. El adulto está ahí para cubrir sus necesidades, animarlo a resolver dándole todo el amor y el apoyo con la responsabilidad que significa ser padre/madre, abuelo,…

Cuando nos enfrentamos a la crianza de un nuevo ser, lo vemos desvalido, creemos que tiene que aprenderlo todo, que no sabe nada y además con la mirada dudosa de lo que le espera en esta vida sin darnos cuenta que esto al bebé no le preocupa.

En ese momento empezamos a volcarle todas nuestras dudas, miedos, experiencias y a partir de ahí perdemos la CONFIANZA en nosotros mismos.

De pequeños nos dicen ‘no vayas al agua sin saber nadar’, ya damos por hecho que no sabemos nadar y tenemos que ‘aprender’. Y como esto todo, se nos van poniendo limitaciones sin darnos antes la oportunidad de investigar, desarrollar, de equivocarnos.

Nuestra CONFIANZA mengua con cada frase sentencia, así vamos creciendo en un mundo en el cual vivimos en una habitación que nos limita y en la que vamos escribiendo en las paredes nuestras creencias limitantes: frases heredadas de nuestros padres, abuelos, maestros, religión, televisión,…
A esas frases acudimos para interpretar cualquier cosa que nos pase en la vida, nos vemos condicionados por todo lo escrito en las paredes de nuestra mente: 

‘Nada tiene significado, excepto aquel que está escrito en nuestras paredes’. Gary Graig.

Quedan escritas y evaluamos cada acción acudiendo a ellas, es nuestra versión de la ‘verdad’. Con ellas juzgamos al otro, dictamos otras frases sentencias.

Gary Graig escribió el manual ‘El Gran palacio de las posibilidades’, en el que explica más detalladamente lo que te cuento yo hoy, es una lectura  muy recomendable. Te dejo unas pautas sacadas del libro.

-         Pensamientos habituales crean nuestra realidad.
-   Nuestros adultos (padres, etc.) nos enseñaron sin saber el daño que podían causar.
-     Esa habitación con las frases escritas es nuestro libro de consulta para dar sentido a lo que vemos, oímos, sentimos.
-     Como creemos que nuestra verdad es única, es más fácil ver las frases de los demás porque por defecto, nuestra verdad es la que vale.
-       Cuando hagamos afirmaciones positivas, cuidado con los ‘si pero…’. EFT elimina estos ‘si pero…’
-         La manera de hacer cualquier cosa ya existe.
-         Cuida tus palabras.

Te propongo un pasito más con EFT: empieza a borrar tus creencias  limitantes, ya sabes un tapping por cada una y elige a cambio que es lo que deseas. Guíate por las pautas anteriores.

Confianza es lo que has ido perdiendo y lo que recuperarás cuando borres las frases y empieces a escribir unas nuevas, podrás salir de la habitación y recorrer Tu Gran Palacio. 

Nuevos escritos que verdaderamente te devolverán la CONFIANZA en ti mismo como creencia única y verás que todo cobra sentido.

Si eres capaz de reconocer esto, podrás avanzar con una actitud de compresión y perdón.

Recuerda: ‘Alegría y abundancia por derecho de nacimiento’.